El castillo, la chimenea de la azucarera o sus cerezas y ciruelas claudias, son símbolos, que desde antiguo en algunos casos, representan a Monzón y son parte de su indosincrasia. Entrado el siglo XX una nueva actividad comienza a implantarse en la ciudad, ganando adeptos e interesando a la población; hablamos de el DEPORTE. En nuestra ciudad, el deporte -en mayúsculas-, en sus múltiples facetas, ha marcado a generaciones de montisonenses que lo han practicado, formando clubs y entidades deportivas para su desarrollo. Los éxitos no tardaron en llegar y, poco a poco, se fue imprimiendo en sus practicantes una especial devoción por el mismo. En la actualidad, con una larga lista de olímpicos y deportistas de élite, el deporte representa otro símbolo más de la ciudad.

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Sin embargo, su representatividad no es la única faceta de interés, pues los deportistas son un ejemplo para todos por su abnegación, dedicación y trabajo. Nuestros deportistas de élite son una buena prueba de ello por su buen hacer. Aunque también los deportistas anónimos, que no han llegado a la élite pero han estado en la brecha durante años, junto con los colaboradores de los clubes, con su trabajo continuado -y poco reconocido-, son piezas esenciales sin las cuales el éxito del deporte en nuestra ciudad no hubiera sido posible. Todos ellos nos merecen nuestro reconocimiento y nuestra admiración. Esta exposición, con las fotografías de su actividad, es nuestro particular homenaje. 

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Lamentablemente esta exposición tiene muchos huecos que no hemos podido cubrir -aunque no cejamos en el empeño-. Ya son muchos los clubes deportivos que han desaparecido y con ellos sus recuerdos fotográficos y la memora de muchas gestas deportivas. Pero, afortunadamente, han sido muchas las personas que han colaborado con sus fotografías. A todos ellos y a las instituciones y empresas, que año tras año nos apoyan, GRACIAS, pues sin su ayuda esta exposición no sería posible.