La llegada del ferrocarril a Monzón supuso el comienzo de una serie de cambios en la estructura de la ciudad y en su economía. Casi sin tiempo para adaptarse, los agricultores locales implantaron el riego desde el canal de Aragón y Cataluña. La instalación de la Azucarera, primera gran industria local, acabó de transformar las tradicionales fuentes de ingresos de los montisonenses, en su mayoría agricultores. Muchos de ellos, atraídos por un sueldo estable, cambiaron la azada por un trabajo fijo, o de campaña, en la Azucarera.

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La población aumentó considerablemente. Se abrieron bares, casinos y los comercios ampliaron sus instalaciones. Otros nuevos, abrieron sus puertas. Pero en el año 1936, la guerra truncó, humana y económicamente, al floreciente comercio montisonense. Pasada esta, la implantación de nuevas industrias despejó el negro horizonte. Los comercios y la hostelería volvieron a remontar.

Las imágenes de esta exposición intentan reflejar la historia de estos comerciantes y hosteleros. No están todos los que son -o fueron-pues muchos de ellos sólo conservan de sus negocios los recuerdos y las imágenes de su memoria, pero seguro que al ver esta recopilación,  aparecerán más imágenes para completar su particular historia.